martes, 4 de noviembre de 2008

La inseguridad como fenómeno socio-económico

Por Desiderio Fernández

Todos los días escuchamos o miramos en la TV episodios violentos donde delincuentes terminar con la vida de personas y destruyen familias. La inseguridad es un flagelo que ha venido para quedarse. Desde diversos sectores se han levantado voces a favor de la mano dura y pena de muerte. Pero en realidad, nadie ha proclamado que la mejor solución para atacar el flagelo es la educación y el trabajo. Se quiere atacar la consecuencia y no el origen de la delincuencia.
Desde hace más o menos 30 años, el país ha sucumbido ante las recetas liberales que han promulgado la liberalización y desregulación de los mercados de salud, trabajo y seguridad social. Han privatizado las empresas estatales que proveían bienes públicos esenciales como educación, salud y otros. El estado se ha corrido de su función de benefactor de todos los ciudadanos. Ésta ausencia provocó que miles de ciudadanos quedarán librados a la buena de Dios para vivir y sobrevivir.
El fracaso del modelo implantado por la dictadura militar genero desempleo y pobreza en cantidad suficiente para generar en las nuevas generaciones odio y resentimiento. Familias enteresas sin trabajo por largos años y viviendo en condiciones miserables provocó que sus hijos nacidos a fines de los 80 y principios de los 90, hoy se hayan dedicado a la delincuencia como modo de vida. La falta de educación, primero en el hogar nuclear y luego en la institución que fue perdiendo respeto y autoridad: la escuela, generó toda una generación de resentidos sociales que se vuelcan a las calles a robar y matar.
Ante este grave problema, las autoridades han fracasado para controlar la inseguridad y las reestructuraciones en las fuerzas de seguridad (policia, gendarmeria, etc) no han podido generar condiciones para reducir este fenomeno. Y es lógico porque el mal que lo causó continua: la marginación de miles de personas del mundo del trabajo, la producción y el consumo. Sólo atacando la causa se podrá eliminar este flagelo. En su defecto, se terminará derramando sangre -de ambos lados - sin solucionar nada.
Y así como se sabe que la educación no es un proceso instantaneo, sino que lleva tiempo, terminar con el mal de la inseguridad también llevará tiempo. Diría dos generaciones. Para que los jovenes por nacer tengan valores, educación, códigos y sobre todo, un mundo donde puedan desarrollarse y luchar por sus sueños. Cuando un joven pierde los sueños queda condenando a la marginación.
La política de mano dura, solo generá delincuentes más violentos (como pasa en EEUU en los estados donde se aplica la pena de muerte) que saben que si los agarran los matan o van a cárceles de donde salen más violentos todavía) y más perdida de vidas humanas.
He sufrido robos en mi vida, incluso en mi propiedad. Repudio todo acto de violento donde se trate de quitar a otro ser humano algo que no sea suyo. Pero la manera de encarar el tema no es con el ajusticiamiento, sino con la educación y el trabajo. Y esto lleva realmente mucho tiempo.
Ningún bebe nace delincuente, sino que lo formar el contexto socio-económico en donde se cría y educa. Cualquiera de nosotros podría haber sido un malandra si hubiera nacido en un hogar como los que he mencionado.
Espero que tengan amplitud de mente para saber que la inseguridad es un fenomeno economico y social y sólo con trabajo y educación se puede desterrar este cáncer que se ha profundizado desde los últimos 15 años. Los sectores más acomodados de la sociedad, deberían tener más amplitud de espíritu para comprender la verdadera naturaleza del drama argentino. Se repudia el robo de un coche o de objetos personales, pero se es indiferente ante la pobreza extrema de miles de argentinos, que no tienen ni para comer, vestirse o estudiar. Creo que hay una parte del pueblo argentino que olvidó que todos formamos un estado y con estos desequilbirios se afecta la capacidad institucional del país (más todavía) y la gobernabilidad.

jueves, 30 de octubre de 2008

Fallas Institucionales y subdesarrollo

Por Desiderio Fernández
Argentina es un país especial por diversos motivos. Fue el granero del mundo a fines del siglo 19 y principios del 20. Estaba en la misma categoría de países -hoy desarrollados- como Australia, Nueva Zelandia o Canadá. También, tuvo un nivel de movilidad social única en América Latina, donde se podía salir del nivel más pobre en la escala social y llegar a médico o gerente. La frase "mi´hijo el dotor" es un emblema de hasta donde podía llegar las oportunidades para aquel que se esfuerza y luchaara en la vida. Pero también es un país donde cualquier imbécil puede hablar del tema que quisiera como si tuviera propiedad. Argentina es el país de los 40 millones de directores técnicos, de los 40 millones expertos en seguridad y de los 40 millones de economistas. Es bastante desgraciado ver como se habla de economía sin tener los conocimientos necesarios para comprender las cuestiones del crecimiento, desarrollo y distribución.
El princìpal factor que tiene el país es la Debilidad Institucional. Cuando fallan las instituciones, no hay vuelta atrás. Argentina es el ejemplo donde las fallas en los partidos políticos, en las organizaciones sindicales, en las organizaciones educativas, en las fuerzas armadas, en las organizaciones sin fines de lucro, en las organizaciones laborales, etc, todas han contribuido a la destrucción del país. Hay literatura de sobra en el área de desarrollo económico para demostrar que la principal carencia que tiene el país es una falla institucional, que atenta contra toda construcción posible, sea política como económica. La gran volatilidad de las variables fundamentales del país es motivo del estancamiento económico del país. Y la volatilidad política impidió (e impide) cualquier de país a largo plazo. Las aspiraciones políticas cortoplacistas de los políticos están en total contradicción contra los intereses a largo plazo de la nación. Sin estabilidad política no puede haber nunca estabilidad económica. Y esto pasó con todo tipo de gobierno: peronista, radical, militar, alianzas, etc. Es otra de las innumerables contradicciones del ser argentino. Otro factor que se me estaba escapando es el sistema de gobierno: presidencialismo. El país debería optar por una sistema parlamentario, más flexible a democracias inmaduras como las de América Latina (Argentina, obvio, súper incluída).
Desde mi punto de vista, el país carece de "recursos genuinos" para superar esta inmadurez o incapacidad en sus problemas estructurales. Lamentablemente, la historia me da la razón que los problemas estructurales de pobreza, distribución del ingreso, desarrollo tecnologico, empleo, oportunidades siguen tan vigentes que nunca, a pesar de 6 años de crecimiento del producto.
La única explicación está en la falla a nivel institucional que tiene la Argentina. Sino se modifica esto, no hay forma de llegar al tan ansiado desarrollo. Visto éste, como una situación donde todas las personas puedan hacer uso de todas sus libertades y derechos en el sentido más amplio posible.
Buenos, 30 de octubre de 2008.

martes, 21 de octubre de 2008

Debate: Asignaturas pendientes del país

Por Desiderio Fernández

Brevemente ¿cuáles son las asignaturas pendientes del país en términos económicos?
En forma desordenada como vienen a mi mente serían:

1) Utilizar los grandes recursos energéticos (en especial, la eólica) para obtener energía y no depender tanto del gas como petróleo importado;
2) Realizar una reformar tributaria de base, de manera que los sectores de más alto poder adquisitivo tributen más. Actualmente el sistema tributaria argentino es totalmente regresivo, porque pagan más lo que menos tienen con impuestos como el IVA (el principal del país). Se debería girar hacia un sistema donde primen los impuestos a los ingresos.
3) Generar un sector exportador que esté en condiciones de competir en el mundo y así produzca divisas frescas. La dependencia del sector agrícola-ganadero para obtener divisas es una falencia estructural del país. Se debería copiar el modelo de los "tigres asiáticos" donde cerraron en pocas décadas la brecha tecnologica con los países centrales en varios sectores de material electrico y electronico, entre otros y voy compiten en el mundo.
4) Las empresas deberían tener el espiritu innovador al que schumpeter se refería hace más de medio siglo atrás. Falta el empresario con ganas de innovar y competir afuera.
5) La articulación entre la Universidad y la empresa, vital para que el conocimiento llegué luego a las empresas.
6) Concursos en la función pública para que los mejores ingresen al sector público y el estado tenga una burocracia capacitada, motivada y bien remunerada como pasó en los países asiáticos. Si continua el sistema de "amigismo y acomodo" vamos de mal en peor. Hay que castigar al inépto y recompensar al estudioso y capaz.
7) Darle al transporte ferroviario el lugar que se merece. Por lejos, es el sistema más eficiente para trayectos largos, que menos contamina, que menos daños provoca en términos de vidas humanas (los accidentes de tránsitos con perdidad de vidas humanas cada año se incrementa más y más) y en especial, cumple una función social: la de integrar pueblos y ciudades. Esto fue rotundamente olvidado por la clase dirigente argentina.
8) Garantizar el acceso a la comida de todo argentino que pase necesidades, con una cobertura por hijo universal para quién lo necesite. En un país donde se producen alimentos para 400 millones de personas por año, es increíble que casi 1/3 pase necesidades.

En fin, estos son algunos (no todos) de algunas cuestiones que se pudieron haber cambiado y no hay noticias de que vayan a cambiar. Son los "factores estructurales del subdesarrollo", como los llamo.

Buenos Aires, 21 de octubre de 2008.

El dilema de la seguridad social: AFJP vs. Estado

El gobierno ha dado a conocer una noticia de vitál importancia para los años venideros: la estatización del sistema de seguridad social que todavía estaba en manos privadas: las AFJP.
Luego de casi 15 años y ante las dificultades de dichas entidades para que los ingresos que obtienen de los afiliados den buenos dividiendos, el estado estatizará el régimen para la mayoría de los argentinos. Es posible, que quede un segmento para sectores que opten por el mismo en forma volunaria.
En los 90, el sistema fue privatizado por las grandes problemas que presentaba (deficit, jubilaciones que no cumplian con lo que exigia la ley, etc) y se optó por una reforma que introducía al sistema de capitalización. Tanto la reforma, como la actual reforma de la reforma no tuvieron en cuenta un aspecto esencialmente demografico: la longevidad de las personas en las sociedades actuales.
La relación entre activos y pasivos fue descendiendo a lo largo del tiempo, y el gigante excedente que tuvo a mediados de los 40 el país luego se fue reduciendo, en principio por al aumento de los pasivos en condición de acceder al beneficio. También la inflación fue erosionando el valor real de las jubilaciones pulverizando el poder adquisitivo de los beneficios. Ante tal situación, los distintos gobiernos fueron tomando diferentes tipos de tributos para que cierre el sistema. Ejemplo: IVA, pulsos telefonicos, combustibles, etc. Hasta que se llegó a la reforma de Menem.
A la actual reforma no le veo buenas intenciones: primero, porque en realidad el gobierno en pos de "salvar las jubilaciones futuras" quiere apropiarse de la caja que hoy tienen las AFJP: 13.000 millones de pesos anuales en aportes. Así, tendría garantizado el superávit fiscal del 2009 y para otros años. Es decir, ante la imposibilidad de acceder a los mercados de financiamiento internacional, en especial por las consecuencias del default del 2002, una alternativa es tomar a su cargo los fondos de las AFJP. Recordemos que actualmente el gobierno viene metiendo mano a las arcas de la ANSES, quién vendría a ser su prestamista de última instancia.
En síntesis, la estrategia de estatización es fiscal y no previsional. A futuro habrá que ver ocurre cuando los actuales activos pasen al régimen de pasivos.
Actualmente la ciencia económica no tiene una respuesta acertada para el problema de la vejez y el envejecimiento. Porque el problema es esencialmente demografico y no economico (éste es una consecuencia de aquel).
Si bien es importante que el estado intervenga en la economía ante las fallas del mercado, no creo correcta el accionar del gobierno en este y otros aspectos. No es un tema de intervenionismo vs. libre mercado. Sino de los medios y métodos para realizarlo.
El país desde 2003 tuvo y creo que todavía tiene (aunque creo que se llegó a un punto de inflexión) la chance de realizar las grandes transformaciones para salir del estado de sub-desarrollo. Pero pasa el tiempo y cada vez nos alejamos más del sendero del desarrollo.
En todo caso, habrá que conformarse con lo que hay y vivir y sobrevivir, como mejor se pueda. Cada día estoy más convencido que el factor institucional es la causa de la involución argentina. Las instituciones que en otros países motorizan el crecimiento y la igualdad, en países como argentina incrementan la brecha.

lunes, 20 de octubre de 2008

Crisis del 29 vs. "crisis 08": una aproximación

Hace tiempo que no ingresaba un nuevo artículo al blog. Motivos laborales, pero sobre todo obligaciones estudiantiles impusieron un breve "impasse" al trabajo en la página.
La crisis como así se la llama a una simple recesión en los Estados Unidos, no es más ni menos que otra oscilación dentro del movimiento capitalista. El capitalismo ha tenido siempre estas recesiones y expansiones que son constantes dentro de su modo de producción.
Los medios de comunicación han distorsionado esta realidad hasta elevarla al status de "crisis" comparandola con la ...crisis del 29!!!!!
Semejante idiotez es producto de la prensa amarilla y de mucha gente mal intensionada, amén de tantos idiotas que hay por el mundo. Si bien, las expectativas son fundamentales en economía para entender los cíclos económicos, también es verdad y la evidencia empírica así lo demuestra, que estos vaivenes son clásicos.
La crisis del 29 si bien tuvo causas de impericia técnica, provocó un quiebre en el pensamiento económico. Las ideas denominadas clásicas ya no tenían poder para validar lo que pasa en los mercados de trabajo y en especial, para explicar las rígideces de precios y salarios. Ante tal situación, un nuevo paradigma surgió: Keynes y su teoría general. Es cómico que tanto se habla de keynes, pero no se nombra los fundamentos en porque él critico al pensamiento clásico. En las primeras páginas realiza una furibunda crítica a Pigou y a su "tratado de la desocupación". El desempleo en esa década (´30) llego al 25% de la PEA (población economicamente activa), el flujo comercial se cerró y los países se bloquearon ante el. Ante lo que pasaba en todo el mundo capitalista (la URSS era un terreno aparte), la teoría económica ante la crisis y su incapacidad de respuesta, propició el surguimiento de un nuevo paradigma: el keynesianismo.
La llamada "crisis" no tiene ni se acerca al cambio de paradigma de los años 30. Es una recesión típica de los países capitalistas, pero como tiene a EEUU como epicentro, éste las desparramó hacia el resto del mundo. Como dice el dicho, la sangre no llegará el río. Además, hoy la economía tiene más herramientas y conocimientos en comparación con los años 20 y 30.

viernes, 22 de agosto de 2008

Debates VIII: La inestabilidad en el medio del crecimiento

Por Desiderio Fernández

En los últimos días hemos sido testigos de acontecimientos que son difíciles de entender a los ojos de la realidad. El primero fue la crisis del campo y el gobierno por una resolución de retenciones que significaba para el gobierno menos de 1% del total de los recursos presupuestados en la ley de presupuesto 2008 (y que como viene sucediendo en los últimos años, los mismos están subvaluados así se “incrementa” ante la opinión pública y el mundo, la eficiencia del gobierno para superarse cada años en sus metas propuestas). El gobierno de CFK en defensa de la re-distribución del ingreso defendió a rajatabla su posición hasta que el voto histórico del vice-presidente tumbo el ánimo de revancha y disputa y cancelo por la vía legislativa está resolución tan cuestionada. El gobierno debería entender que no sólo creando trabajo se mejora la distribución del ingreso, sino que también mediante el aumento del salario de bosilllo y la expansión de posibilidades y libertades de la población, como bien dice el Nóbel de Economía, Amartya Sen. Allá en los lejanos setenta, el inolvidable (para quienes lo conocieron) profesor Isidro Carlevari de geografía económica en Buenos Aires mencionaba cuestiones tan viejas como las grelas. La inestabilidad política es la madre de todos los males: pobreza, miseria, delincuencia y desigualdad. A pesar de los años transcurridos, el país no ha aprendido la lección. El actual crecimiento (menos del real por la manipulación de los índices para deflactar los componentes del PBI) está viciado sino de eliminan estas falencias históricas del país. De hecho, la inversión, vital componente para crecer a largo plazo está siendo afecta por su desaceleración y su orientación hacia “inversiones no reproductivas”. Muchos “economistas” no entienden que la cosa no es invertir en lo que venga sino en áreas sensibles y que generan un crecimiento en el tiempo prolongado. Ejemplo, que el gobierno invierta en caminos y en paredes de hospitales y escuelas, no generaba el cierre de la brecha tecnológica; si bien la inversión en educación es vital para un país, una cosa es invertir en educación fomentando becas en ciencias que levantando paredes y luego en las cuentas nacionales en clasificarlas en la inversión en educación. Hay un dicho que dice “se puede engañar a mucha gente poco tiempo, pero engañarse a si mismo es una pelotudez”. Esto está pasando en Argentina.
Nuestra inestabilidad data del tiempo de los caudillos. Desde que tengo uso de razón y luego desde lo que leí en los distintos libros, nuestro país va a los tumbos de años de relativa bonanza y años de descalabro de gran magnitud. Los partidos políticos en todos estos años han manifestado el más acérrimo odio y una ineptitud total para garantizar una estabilidad institucional a pesar de las claras y lógicas disidencias de pensamiento. Sin continuidad institucional y sin ánimos de destrozar al otro y tumbarlo no se puede garantizar un horizonte para que la estabilidad política llevé a una estabilidad económica. La inestabilidad histórica de la macroeconómica del país es una clave de nuestro atraso como nación. Atraso que se aprecie en comparación con los países desarrollados en términos de estándares y nivel de vida. Ejemplo: una de las causas más profundas de la inflación estructural de la nación es la deficiente provisión de muchos bienes, en especial lo de capital y actualmente se suman los de consumo (ejemplo, celulares y aparatos electrónicos). El consumidor argentino es muy “exigente” en sus gustos. Quiere un MP4 de última generación o un celular con cámara y demás chiches, etc. Pero no puede apreciar que estos bienes la argentina no los produce y los tiene que importar. Esta compra en el “resto del mundo” lleva a la necesidad de dólares para pagar la importación y se refleja en la balanza de pagos del país. Es decir, el argentino es exigente en sus gustos y preferencias como si...viviera en un país europeo. Pero acá, dado el atraso técnico no se produce esa gama de productos. Consumidos de acuerdo a un país desarrollado cuando nuestra realidad es totalmente distinta. Evidentemente hay una clara deformación de la realidad o miramos el mundo con lentes distintos.
Actualmente transitamos un periodo de crecimiento y es notable ver los signos de inestabilidad en medio del crecimiento. El conflicto del campo y el gobierno, la decisión del vice-presidente de votar en contra de la alianza que lo llevó al poder, el brutal conflicto en la provincia de Córdoba por el ajuste provincial y los disturbios de los estatales; la sequía en el chaco que genera muertes y desolación, la cuál se podría solucionar con obras de infraestructura elementales que un país que quiere aspirar a la categoría de desarrollado debería tener.
Se puede crecer un tiempo, se puede aprovechar o no el panorama internacional y colgarnos de la demanda actual de alimentos, pero...el desarrollo va por otro camino. Si queremos enamorar a la más linda, nos confundimos de china. Y esto lo demuestra un dato tan simple y común: en el último mes, la exportaciones argentinas han caído en términos de cantidades. El aumento en valor sólo se evidenció por un incremento en las cantidades absolutas exportadas. Es decir, si realizáramos un índice a precios constantes como se hace con el PBI, el mismo daría una caída.
Concluyendo, sino se toman medidas drásticas como está haciendo Brasil, país que se está convirtiendo en la potencia hegemónica de América latina, seremos como en la actualidad, un país de cabotaje y en el cuál la comunidad internacional no siente el más mínimo respeto. Recordemos hace unos meses cuando autoridades de países que son potencias, como por ejemplo, Condolece Rice (secretaria de estado de EEUU) y Ángela Merker (presidenta de Alemania) visitaron la región y esquivaron a la Argentina. Otra vez, nos creemos los más vivos, pero sólo se puede engañar a las masas sin educación. A la vista del mundo, seguimos mostrando las mismas contradicciones como sociedad que en décadas pasadas. Se viene un duro distanciamiento que afectará a la institucionalidad. La relación entre CFK y julio Cobos está rota y no tiene retorno. Otra muestra de la inestabilidad política. Tanto me recuerda a la alianza Radicales-Frepaso que llevó al poder a Fernando de la Rua. Otra vez, un quiebre en la llamada ahora “Concertación plural”. Antes, gobernaba un radical y se fue un PJ. Hoy, gobierna una PJ y un radical está fuera del juego. Aunque no se llegará al extremo del año 2000 (con la renuncia del vice-presidente Álvarez), la ruptura y el quiebre político entre cristina y Cobos debilita la institucional del país y la agrega más incertidumbre a nuestro poco claro horizonte.
A mis 28 años, hay cosas que no puedo comprender de esta inolvidable experiencia de “ser argentino”. De niño, las escuchaba en boca de mis mayores, pero ahora que las entiendo técnicamente por mi formación en ciencias económicas, no tengo palabras. Y lo peor, es que uno conoce el final de estas historias.

Buenos Aires, 31 de julio de 2008

Debates VII: Desarrollo y Subdesarrollo

Por Desiderio Fernández


La cuestión sobre el desarrollo y subdesarrollo es uno de los temas que más controversias generan en economía. ¿Cuáles son las causas del sub.-desarrollo? ¿Cómo es posible que un país en vías de desarrollo alcance el estado de gracia? En los años 60 y 70 habia una forma de clasificación de los países y la cuestión del desarrollo estaba presente. Los países del primer mundo eran los países “desarrollados” con economías de mercado. Los países del segundo mundo eran los países de economías planificadas, sean o no desarrollados. Y luego estaban los países del tercer mundo, los cuales eran sub.-desarrollados o estaban en vías de desarrollo. Esta forma de agrupación fue muy importante porque detrás había un trasfondo político: la guerra fría y el conflicto Capitalismo vs. Comunismo.
En términos económicos, el sub.-desarrollo se puede apreciar a través de ciertas medidas sociales y económicas. La primera de ellas es el bajo nivel de vida de sus habitantes medido en la esperanza de vida. La segunda, es el nivel de pobreza e indigencia de su población. La tercera, el nivel de analfabetismo de su población y la escasez de mano de obra calificada. La cuarta, los altos niveles de mortalidad y natalidad. En rasgos generales, estas son las características principales de los países subdesarrollados. Ahora bien, uno podría pensar que la Argentina esta excluida de esta categoría de países. El nivel de vida de nuestro país está en los hombres cercano a los 73 años de vida y de 79 para las mujeres. Niveles muy aceptables. Los países subdesarrollas tienen nivel de 55 y 60 años respectivamente. También, en la Argentina, la población analfabeta es muy reducida y la escolaridad primaria está cercana a 99 puntos. Los niveles de natalidad son muy bajos cercanos a 2 hijos por mujeres, muy lejos de países de alta natalidad. Los puntos de mortalidad y de pobreza son los rasgos quizás más cercanos a países sub.-desarrollados. Pero detrás de estas medidas hay 2 puntos que son fundamentales y que explican el origen y la persistencia del subdesarrollo en nuestro país.
Los 2 temas centras del subdesarrollo en la Argentina son: 1) la inestabilidad política y 2) la inestabilidad macroeconómica. Ambos, son los rasgos más importantes para medir y entender el subdesarrollo en nuestro país. La pobreza, la mortalidad y natalidad galopante, la pobreza e indigencia, la falta de escolaridad y analfabetismo, etc son las consecuencias más patentes del nivel de desarrollo de un país. Pero el origen de las mismas tiene génesis en los dos conceptos de la introducción al párrafo.
La inestabilidad política es la madre de todas las calamidades y el grillete del subdesarrollo. Sino hay estabilidad en la gobernabilidad no hay proyecto económico que prospere. Nuestro país, desde la salida de la “etapa de los caudillos” ha carecido de estabilidad política y todo recrudeció a partir de los años 30. El golpe de estado contra Yrigoyen es el punto de partida “moderno” en la historia política que ha marcado a fuego la inestabilidad política. Inestabilidad que luego se manifestó con gobiernos militares y luego democráticos sin distinción. Quizás, la falla esté en el fracaso del sistema presidencialista (como comente en otro articulo) para gobernar y organizar políticamente al país. Sólo Estados Unidos puede tener un sistema presidencialista y lograr cierta estabilidad. Pero la madurez de los partidos republicanos y demócratas por los menos hasta los años 90 era firme y garantizaba la gobernabilidad, a pesar de ciertas diferencias de formas. En nuestro país esto no ocurrió. La insensatez del peronismo es igual a la del radicalismo y las formas que fueron tomando: FREPASO, ARI, PRO, PI y tantos otros. El fracaso del sistema presidencialista es una realidad y deberíamos virar hacia un sistema parlamentario más flexible que pueda atemperar la rigidez del sistema presidencialista. Si uno mira a los países desarrollados y los que se han desarrollado últimamente, todos tienen sistema parlamentario y enfrentan mejor las crisis de gobierno. Ejemplo: Italia, Alemania, Japón y los países del este asiático. No es casualidad que las regiones más atrasadas del mundo como África y América Latina sean regiones donde predomina el sistema presidencialista.
El otro factor importante es la inestabilidad macroeconómica producto de la inestabilidad política. Cuando uno analiza y mira las variables fundamentales en nuestro país (Fundamentals) es notoria la gran volatilidad y variabilidad a lo largo de toda su historia. El tipo de cambio (la madre de todos los precios de la economía), el PBI, la inflación, entre las más representativas tienen grandes oscilaciones lo cual no genera la estabilidad para que los agentes económicos tomen las mejores decisiones. Incluso, puede que los agentes económicos se cubran con acciones que son contraproducentes para el largo plazo y adopten conductas de corto plazo. Ejemplo: invertir en negocios de alta rentabilidad de corto plazo y no en inversiones de largo plazo vitales para el país. Imaginen al país como una gran usina eléctrica que tiene que enviar electricidad a todas las industrias del país para ponerlas en funcionamiento. Que pasaría si esta usina rectora tuviera todo el tiempo altibajos y una distribución irregular de corriente. ¿Cuál sería el efecto en la economía en su conjunto? Esto mismo pasa en la economía Argentina. La economía nunca se termina de acomodar cuando algo interrumpe y desestabilizan el galope. Son los denominados ciclos de stop and go que en la década de los 60 y 70 se caracterizaron por crisis de la balanza de pagos y en los 90 son los ataques de capitales especulativos que salen y entran sin restricción y dañan a la economía. Aunque, la madre de estos ciclos son los ciclos políticos.
Concluyendo, una vez leí que los “individuos responden a los incentivos”. ¿Qué significa esto? La única forma de desarrollarnos es que los Argentinos tengamos las ganas y la voluntad de hacerlo. Sino, por más contexto favorable que haya no llegaremos a nada. Con viento de cola no alcanza. Por más que haya un contexto muy favorable para la exportación de materias primas eso es totalmente insuficiente. Hacen falta políticas de estado sensatas y estables unidas a la capacidad de innovación, de creatividad y de competencia del sector privado. Y creo que del último párrafo, nuestros país jamás a cumplido con ninguna de ellas.


Buenos Aires, 24 de julio de 2008