jueves, 30 de octubre de 2008

Fallas Institucionales y subdesarrollo

Por Desiderio Fernández
Argentina es un país especial por diversos motivos. Fue el granero del mundo a fines del siglo 19 y principios del 20. Estaba en la misma categoría de países -hoy desarrollados- como Australia, Nueva Zelandia o Canadá. También, tuvo un nivel de movilidad social única en América Latina, donde se podía salir del nivel más pobre en la escala social y llegar a médico o gerente. La frase "mi´hijo el dotor" es un emblema de hasta donde podía llegar las oportunidades para aquel que se esfuerza y luchaara en la vida. Pero también es un país donde cualquier imbécil puede hablar del tema que quisiera como si tuviera propiedad. Argentina es el país de los 40 millones de directores técnicos, de los 40 millones expertos en seguridad y de los 40 millones de economistas. Es bastante desgraciado ver como se habla de economía sin tener los conocimientos necesarios para comprender las cuestiones del crecimiento, desarrollo y distribución.
El princìpal factor que tiene el país es la Debilidad Institucional. Cuando fallan las instituciones, no hay vuelta atrás. Argentina es el ejemplo donde las fallas en los partidos políticos, en las organizaciones sindicales, en las organizaciones educativas, en las fuerzas armadas, en las organizaciones sin fines de lucro, en las organizaciones laborales, etc, todas han contribuido a la destrucción del país. Hay literatura de sobra en el área de desarrollo económico para demostrar que la principal carencia que tiene el país es una falla institucional, que atenta contra toda construcción posible, sea política como económica. La gran volatilidad de las variables fundamentales del país es motivo del estancamiento económico del país. Y la volatilidad política impidió (e impide) cualquier de país a largo plazo. Las aspiraciones políticas cortoplacistas de los políticos están en total contradicción contra los intereses a largo plazo de la nación. Sin estabilidad política no puede haber nunca estabilidad económica. Y esto pasó con todo tipo de gobierno: peronista, radical, militar, alianzas, etc. Es otra de las innumerables contradicciones del ser argentino. Otro factor que se me estaba escapando es el sistema de gobierno: presidencialismo. El país debería optar por una sistema parlamentario, más flexible a democracias inmaduras como las de América Latina (Argentina, obvio, súper incluída).
Desde mi punto de vista, el país carece de "recursos genuinos" para superar esta inmadurez o incapacidad en sus problemas estructurales. Lamentablemente, la historia me da la razón que los problemas estructurales de pobreza, distribución del ingreso, desarrollo tecnologico, empleo, oportunidades siguen tan vigentes que nunca, a pesar de 6 años de crecimiento del producto.
La única explicación está en la falla a nivel institucional que tiene la Argentina. Sino se modifica esto, no hay forma de llegar al tan ansiado desarrollo. Visto éste, como una situación donde todas las personas puedan hacer uso de todas sus libertades y derechos en el sentido más amplio posible.
Buenos, 30 de octubre de 2008.

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